Mis Lecturas

DON JUAN TENORIO de José Zorilla

Primera Frase:
            “Por donde quiera que fui, la razón atropellé, la virtud escarnecí, a la justicia burlé, y a las mujeres vendí.
Yo a las cabañas bajé, yo a los palacios subí, yo los claustros escalé, y en todas partes dejé memoria amarga de mí.
Ni reconocí sagrado, ni hubo ocasión ni lugar por mi audacia respetado; ni en distinguir me he parado al clérigo del seglar.
A quien quise provoqué, con quien quiso me batí, y nunca consideré que pudo matarme a mí aquel a quien yo maté.
A esto don Juan se arrojó, y escrito en este papel está cuanto consiguió: y lo que él aquí escribió, mantenido está por él.”

           En esta primera frase que he leído en el libro de “Don Juan Tenorio” de José Zorrilla, me he encontrado con varios factores que, a su vez, son buenos y malos. Don Juan, un hombre de mucha riqueza y valor, va de ciudad en ciudad, después de la apuesta con Don Luis un año atrás, paseando y haciendo cualquier cosa que él quiera. Es un hombre que se sabe respetar y se le respeta por donde sea. Esto hace también que sea un hombre el cual no le teme a nada.  
            Estos aspectos positivos traen también consigo aspectos negativos los cuales son: la avaricia, el deseo, el poder y la impunidad que muestra Don Juan en toda la obra. Todo esto se da a ver a través de sus acciones como de sus pensamientos, ya que es muy expresivo y no le molesta que otras personas se enteren de lo que hace.
Así como nos muestra esta frase cuando dice: “No reconocí sagrado, ni hubo ocasión ni lugar por mi audacia respetado; ni en distinguir me he parado al clérigo del seglar.” Hace referencia a que no respetaba ni los clérigos ni nada sagrado, el cual era el celibato de las monjas de aquella época. Esto nos dice mucho de él ya que va de la mano cuando dice: “Yo a las cabañas bajé, yo a los palacios subí, yo los claustros escalé, y en todas partes dejé memoria amarga de mí.” Aquí, remarca otra vez el poco respeto y la misoginia que se sentía en aquella época, ya que habla de todas las mujeres, ya sean hijas de campesinos o de reyes.
Otra de las cosas que podemos ir viendo durante esta frase y este escenario es que Don Juan es un hombre de su palabra. Al final de esta frase, habla de todo aquello que hizo pero escrito en papel, el cual era el acuerdo que habían llegado con Don Luis Mejilla. Esto nos hace ver que Don Juan era un hombre de su palabra y nunca hacía cosas que no podía cumplir. 

Segunda Frase:
        “¡Hasta los muertos así dejan sus tumbas por mí!”

            En esta otra frase de Don Juan Tenorio, podemos ver que, aunque el libro va ya avanzado y nos encontramos en la escena del cementerio en donde se muestran las estatuas de Doña Inés y de Don Gonzalo hablando, Don Juan sigue con su misma mentalidad de ser respetado y no dejarse vencer por el miedo. Sigue pensando en él mismo y no en su salvación ni su vida futura, así que, como dice la frase, vuelve a hacer otra señal de que todo gira alrededor de él y que por él está pasando esto. Él piensa que es demasiado bueno en lo que hace y que no hay nadie mejor que él. Esto hace que piense que hasta los muertos le aclaman. 

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